Este último 2 de noviembre, se cumplieron siete meses de la muerte de Elías Rosas, quien hubiera cumplido 21 años un día después del trágico siniestro vial en el que perdiera la vida tras ser atropellado por una camioneta que impactó por detrás la moto que conducía el joven a las 4:47 del 2 de abril último. Y un acontecimiento aún peor pudo haber enlutado a varias familias de Eldorado si el pasado lunes a las 6:48 horas la Eco Sport conducida por Federico no solo embestía a una niña de 5 años, sino a todos los alumnos del Instituto Esquivel que a esa hora atravesaban -sobre las sendas peatonales, la avenida San Martín para ingresar a la entidad educativa. La muerte y la irresponsabilidad siguen al volante mientras la sociedad reclama por una justicia que reivindique la vida. Por Pedro Krulewesky
El aporte audiovisual de cámaras de seguridad reveló la velocidad en el temerario zigzag, el flagrante paso en rojo del semáforo y la posterior huida de Federico; así como la misericordiosa mano de Dios que liberó de la muerte a una veintena de alumnos y familiares. Los informes periodísticos confirmaron que pasadas las 11 de aquella mañana el padre del conductor del rodado llevó a su hijo -y vehículo en cuestión, a la Comisaría Seccional 3ra. donde quedó detenido y a disposición de la justicia penal. Un calco procedimental del caso Gimena Ostenero, la conductora de la camioneta que quitó la vida de Elías. Una recurrente determinación judicial a partir de la cual –y tras el depósito de una caución de 200 mil pesos, Federico recuperó la libertad hoy, ante el asombro y repudio de la sociedad ante la reciente conducta criminal.
Abogados patrocinantes de Federico aseguraron que el análisis alcoholémico practicado no superó los 0,35 miligramos de alcohol en sangre y aún se esperan los resultados de los estudios de sangre y orina que podrían detectar –o desestimar, presencia de otras sustancias que ayudarían a comprender y calificar penalmente la conducta errática del desaprensivo conductor durante el episodio del pasado lunes.
Volviendo al siniestro vial donde Elías Rosas perdió la vida, su madre Verónica aseguró que “el video de las cámaras muestra claramente como la camioneta venía a alta velocidad, lo choca de atrás y le pasa por encima como si mi hijo fuera un lomo de burro. Nunca frenó y aceleró aún más después de haberlo atropellado. Hemos visto el video varias veces con nuestro abogado; se puede tomar el tiempo en que la camioneta pasa un comercio de autopartes, gira en la rotonda del kilómetro 11, y vuelve a la avenida en sentido este – oeste hasta el lugar donde atropella a Elías en solo 17 segundos (unos 400 metros). Eso está muy claro en el video, así como luego de atropellarlo lo pasa por encima y huye del lugar”, sostuvo.
Federico también atropelló y huyó. No mató. Aunque pudo haberlo hecho y a más de una persona como lo testimonian los videos registrados. Una niñita de 5 años llevará en su memoria lo padecido aquel lunes. Las heridas y contusiones cicatrizarán y sanarán, pero los recuerdos ensombrecerán sus días por mucho tiempo. Felizmente su familia recibió el acompañamiento de los padres de Federico; muy diferente del proceder de los Ostenero respecto a los deudos de Elías, a quienes nunca brindaron siquiera un abrazo de consuelo. “Por momentos siento que nada ya tiene sentido y nos cuesta mucho creer en la justicia; aunque sé que tenemos que ser más fuertes aún y no perder las esperanzas. A Elías nunca lo recuperaremos y cada día sufro más su ausencia. Es un dolor que no me deja y muchas veces sueño que mi hijo abre la puerta de mi habitación para saludarme antes de irse a trabajar, como lo hacía siempre”, recuerda Verónica.
Así como en la reciente conmemoración del Día de todos los Difuntos, una madre desconsolada se aferró a la sonrisa eternizada de Elías en su recuerdo, la sociedad exige sanciones que ajusticien realmente a la irresponsabilidad al volante.
Por Pedro Krulewesky – Periodista