En los primeros días de enero se intensificó la búsqueda de lugares por parte de
estudiantes que arriban a la ciudad para empezar o continuar una carrera. Sin precios
de referencia, la inflación se hace sentir y a medida que pasan los días, cuesta más
conseguir alojamiento.
Con cinco universidades y más de cuarenta institutos de educación terciaria, la ciudad
de Posadas es uno de los mayores polos universitarios de la región, contabilizando un
total de 210 carreras disponibles para cursar. Cada año, el cúmulo de jóvenes que
arriba desde otras localidades de la provincia – e incluso de otras provincias o países-
para iniciar su vida universitaria en la capital provincial, desafía al máximo a la
capacidad de absorción inmobiliaria de la ciudad. La demanda de estudiantes en busca
de un lugar donde vivir, se torna cada año más elevada, mientras que la oferta que
brindan tanto las inmobiliarias como los propietarios particulares, no da abasto.
Para algunas familias, la búsqueda de alquiler en Posadas, sobre todo si no se realiza
con suficiente antelación, suele tornarse dramática, a medida que pasan las semanas y
el alquiler no aparece. A esto, se suma por supuesto la cuestión presupuestaria y un
mercado de alquileres cada vez más inaccesible, con precios que duplican o triplican
los costos de otras ciudades.
Por estos primeros días del año, son muchísimos los jóvenes que deambulan por la
ciudad buscando un lugar donde vivir. En algunos casos solos, en otros junto a sus
padres o algún contacto local. Todos saben que la búsqueda no es sencilla y que habrá
que fijar un presupuesto y asegurar un inmueble antes que otro interesado lo haga.
Damián Giménez tiene 18 años, es oriundo de la localidad de Corpus, y este año
comenzará a cursar el primer año de la Licenciatura en Administración de Empresas en
una universidad privada de la ciudad. “Hace una semana estoy parando en casa de un
familiar, y todos los días salgo a recorrer los barrios, y no paro de buscar alquiler en las
redes sociales, pero todavía no consigo un lugar. Busco un monoambiente, algo pequeño, no tan alejado del centro, y puedo pagar hasta 30 mil pesos” cuenta el
estudiante. Hasta el momento, la búsqueda de este joven arrojó resultados negativos.
“De los departamentos que ví, sólo uno reunía las condiciones que busco, pero estaba
45 mil pesos, o sea más del 50% más de lo que puedo pagar. Otros, incluso más
baratos, no reunían las características mínimas de seguridad e higiene” relató.

Para Marcela (46) y Héctor (47), una pareja que vive en Garuhapé, cuya hija Evelyn
(17) debe radicarse en Posadas para estudiar Psicología, “se está volviendo bastante
ardua” la tarea de encontrar un alojamiento. “En nuestro caso, buscamos un espacio
que ante todo sea seguro, iluminado, en una ubicación segura, y a la vez que esté
cerca de la facultad a dónde va a ir. Contamos con los recursos pero no vimos nada con
esas condiciones. Pasan los días y crece la ansiedad. El temor es que no se consiga
nada” afirma Marcela.
Incluso desde el Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de la provincia,
reconocen que la demanda supera la oferta. María Bower, presidenta de la entidad,
indicó que “En esta época no tenemos solamente la demanda de alquileres
temporarios que ha crecido mucho en la provincia de Misiones, ya que somos vistos
desde afuera como una provincia para vacacionar. Creció muchísimo ese mercado, a
eso tenemos que sumarle los estudiantes que es típico en esta época porque se vienen
a la ciudad a alquilar; todo esto hace que la demanda sea superior a la oferta
disponible”.
Una de las zonas de mayor afluencia de estudiantes es Miguel Lanús, donde se
encuentra el campus de la Universidad Nacional de Misiones. El barrio cuenta con
cientos de habitaciones, departamentos y casas a disposición del público universitario,
pero por estos días cuesta conseguir algo libre. “Ya hace 12 años que alquilo un
departamento con entrada independiente que construí en el patio trasero de mi
terreno. Es un dos ambientes y actualmente está alquilado por tres estudiantes de
Puerto Iguazú. Tratamos de no aumentar demasiado, pero se vuelve difícil porque con
la inflación los propietarios también tenemos gastos. Además cualquier arreglo lo
resolvemos nosotros” señaló Aldo G (52), vecino del barrio.

También en Miguel Lanús, funciona uno de los tres albergues universitario, espacio
público con capacidad para 480 estudiantes, que ya se encuentra colmado y sin
vacantes para este año.
“En este momento estamos contando con un monoambiente por calle San Marcos, a
pocas cuadras del centro, a 35 mil por mes. Seguramente se va alquilar pronto porque
hay muchas consultas, pero lo demás que teníamos disponible se ve alquilando. A
veces hay gente que viene, mira, después va a haber otros, y cuando vuelve porque
nada de lo que vio le convención, ya lo tenemos alquilado y ahí se lamentan. Esa es la
dinámica que tiene por estos días la búsqueda de alquiler” señaló el encargado de una
inmobiliaria consultada.
En tanto, Adrián Torres, presidente de la Asociación Misionera de Inquilinos, coincidió
en que “la demanda continúa aumentando mientras que la oferta escasea” y anticipó
que “los estudiantes se encontrarán con alquileres costosos y de acceso dificultoso. No
hay una referencia de precios, y muchos alquileres superan ampliamente la tasa
inflacionaria”.