Familiares preocupados por los robos entumbas y nichos del cementerio La Piedad
En los últimos meses, familiares que tienen a su cargo tumbas y nichos en el
cementerio La Piedad de Posadas, advierten una tendencia creciente: los robos de
objetos metálicos y placas de bronce. Desde cruces hasta floreros, pasando por marcos
de fotografías y chapas de cobre, todo elemento que tenga algún valor en el mercado,
termina siendo botín de quienes se dedican a cometer estos delitos, que además de
daños materiales, ocasionan angustia en los familiares, que lógicamente viven estas
circunstancias como una profanación a la memoria de sus seres queridos.
“Cada vez que venimos falta algo, entre diciembre y febrero se llevaron hasta el
portavelas. Esta es la tumba de mi madre, que está aquí en este sector hace 14 años.
Nunca faltó nada. Y con el tiempo le fuimos agregando algunos accesorios. Hoy no
quedó ni la foto” lamentó Gladys Bareiro (46), una de las ciudadanas afectadas.
Ante el cúmulo de denuncias, que rara vez se asientan en dependencia policial,
PORTAL MISIONES recorrió el camposanto capitalino, y dialogó con más familiares
damnificados.
“La tumba de mi abuela tenía un par de floreros de aluminio, que mi papá mandó a
poner hace treinta años. Hasta ahora no habían tocado. Pero la semana pasada,
cuando vine por el aniversario de su muerte, me encontré con que los habían
arrancado de su base en el suelo. Le informé de esto a la gente de la oficina
administrativa del cementerio, y me dijeron que no pueden hacer nada, porque no hay
vigilancia y los robos son frecuentes” relató Mario Fagundez (29), también afectado.
Uno de los trabajadores del lugar, que solicitó la preservación de su nombre por
lógicas razones, indicó que “este es un cementerio muy grande, donde la gente
transita libremente, y sabemos que hay personas malvivientes que se hacen pasar por
familiares, y vienen a robar. Encuentran un momento en que nadie los ve, simulan
estar haciendo arreglos y terminan robando aquellas cosas que pueden luego revender
por unos pesos”.
En el Panteón de la Familia Policial, ubicado cerca de la Cruz Mayor, donde convergen
todas las calles internas de la necrópolis, varios integrantes de la familia Meza, limpian
el nicho de su familiar, ubicado en el subsuelo de la estructura. Días atrás, detectaron
el segundo faltante en pocos meses. “Descubrimos que se llevaron una de las manijas
de bronce del cajón directamente. Anteriormente nos habían robado la placa de
bronce que se colocó en un aniversario. Lo llamativo es que para hacerlo tuvieron que
subirse a una escalera, ya que el nicho está a más de dos metros del suelo” señaló
Cristian (34), uno de los familiares.
Cerca de allí, junto al panteón del Instituto de Previsión Social, Elsa Pietrowski (47)
contó que “la última vez que vine a la tumba de papá fue en diciembre, antes de
Navidad. En esa visita contraté a un albañil y le cambiamos la cruz, ya que tenía una de
madera que se estaba pudriendo. El reemplazo era una de hierro. La sellamos con
hormigón. Vine en febrero, y la nueva cruz ya no estaba. Hablando con otras personas,
casi todas sufrieron algún tipo de robo en los últimos tiempos”.
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