Mercado Central: nuevo capítulo de un conflicto histórico
La disputa entre los operadores y el gremio de los estibadores llegó a un pico de tensión en los
últimos días. Para el Directorio se trata de “un problema comercial”. Los empresarios apuntan
al sindicalista Diego Silveira y denuncian “competencia desleal y amenazas”. La discordia lleva
varios años y ninguna gestión logra encontrar soluciones de fondo para un funcionamiento
adecuado. En el medio, se ven perjudicados usuarios y pequeños productores.
Esta semana alcanzó su máximo pico de tensión el conflicto que se desarrolla en el Mercado
Central de Misiones, a partir de una controversia entre los denominados “operadores”
(dueños de los puestos) y un grupo de más de trescientos trabajadores comúnmente llamados
“changarines”, nucleados en el Sindicato de Peones y Estibadores que actualmente forma
parte de la Confederación General del Trabajo (CGT).
La situación derivó en el bloqueo del acceso al predio, a partir de una medida de fuerza del
gremio, en el marco de una acción que tuvo como respuesta por parte de los casi setenta
operadores, la donación masiva de productos (frutas y hortalizas) a cientos de vecinos que se
agolparon – en las noches del martes y miércoles – frente al Mercado. Esta metodología de
visibilización y reclamo por parte de los operadores, contó con el apoyo de decenas de colonos
oriundos de localidades rurales, que ante el conflicto, se ven impedidos de comercializar su
producción.
Desde la comunicación oficial del Mercado Central Sociedad de Economía Mixta (SEM), frente
a esta iniciativa, emitieron un mensaje haciendo “directos y exclusivos responsables a los
miembros de la Cámara de Operadores del Mercado, por los incidentes de cualquier
naturaleza que pudieran suscitarse, por la convocatoria de personas humildes para la
distribución de frutas y verduras frente al Mercado Central. El Directorio del Mercado no
organiza ni patrocina estos hechos demagógicos y publicitarios frente a nuestras
instalaciones”.
Aunque los hechos de los últimos días obtuvieron notoria repercusión mediática en toda la
provincia, el de operadores versus estibadores sindicalizados es un conflicto que viene
sumando capítulos –incluyendo episodios violentos y judicializados – desde hace varios años,
ante evidentes limitaciones por parte de las cíclicas administraciones del Mercado Central y los
organismos que cuentan con herramientas para mediar en la disputa.
Acusaciones cruzadas
En este caso puntual, los ejes del altercado, según los argumentos que esgrimen las partes,
guardan relación con varios elementos. Por un lado, el reclamo laboral de los estibadores en
torno al precio de la paga por las cargas y descargas. Y ante estas demandas, los operadores,
encabezados entre otros por el ex diputado provincial Mario Fabián Florentín, denuncian que el Secretario General y referente del gremio, Diego “Bruja” Silveira , convirtió el local sindical
ubicado en la entrada del predio, en un local de venta de productos que representa
“competencia desleal” para el resto de los puestos, no sólo por su privilegiada ubicación, sino
que además, siempre de acuerdo a la posición de los operadores, dicho puesto “no paga
impuestos ni servicios”.
Justamente el empresario Florentín, señaló en las últimas horas que “ se trata de un local sin
habilitación comercial, que a través de los aprietes de los changarines allegados a Bruja,
quieren monopolizar la venta a los compradores paraguayos, a quienes no les dejan avanzar si
no compran en el puesto de ellos; recaudan millones de esta manera”.
Así mismo, Florentín asegura que “cada vez que no consiguen lo que quieren en las
negociaciones laborales, desde el gremio utilizan métodos deshonestos, y son apañados por el
presidente del Mercado”.
Jorge Brignole por su parte, manifestó que “el puesto de Silveira comenzó a competir con los
puesteros grandes. De repente, ese puesto del sindicato vende cinco camiones por semana y
esos cinco camiones dejaron de vender a otros puesteros. Eso fue básicamente el problema y
es un problema comercial”.
Otro empresario del sector, Horacio Oliveira, calificó de “mafioso” el comportamiento del
gremio y pidió la intervención del gobierno provincial. En julio de este año, el propio
gobernador de la Provincia, Oscar Herrera Ahuad, recorrió el Mercado y se reunió con las
partes, anunciando remodelaciones, saneamiento y mejoras en la seguridad, con el objetivo de
garantizar el normal funcionamiento del lugar. Sin embargo, al poco tiempo, los ánimos volvieron a caldearse, hasta llegar a la presente y problemática coyuntura.
Bruno Deis, presidente de la Cámara de Operadores del Mercado Central, señaló que hasta el
momento no obtuvieron respuestas claras que permitan avizorar una salida inmediata del
conflicto, y que por ello, el sector se mantendrá firme en sus acciones de protesta.
En este contexto, la actividad comercial dentro del Mercado Central, permanece paralizada.
Desde el Sindicato de Estibadores no hubo comunicación oficial en relación a lo ocurrido,
mientras que desde el Consejo Directivo Provincial de la CGT Misiones, a través de su
Secretario General José Milcíades, indicaron que “no hay un conflicto partidario, sino
comercial” y remarcaron la necesidad de “firmar un acta de paz social entre los operadores,
trabajadores, el equipo del Gobierno de la provincia y el titular del Mercado Central”.
Descontento
Varios productores, también expresaron su descontento ante la irregular situación. Silvio
Machado, horticultor que desde hace años trae su mercadería al Mercado desde Santo Pipó,
resumió la situación general diciendo que “no estamos pudiendo descargar, so significa que no
podemos cobrar, se pierde la mercadería y con lo caro que está el gasoil ya no sabemos si
seguir viniendo o buscar otra opción. Nadie da una solución y los colonos estamos sufriendo
mucho porque solo queremos trabajar normalmente. Esto no es de ahora, hace más de un mes
que viene este tire y afloje entre los estibadores y los operadores”.
¿Cómo funciona el Mercado Central?
El Mercado Central SEM es un organismo dependiente del gobierno provincial, que cuenta con
un presupuesto anual, y cuyo funcionamiento es coordinado por un directorio que
actualmente es presidido por Jorge Brignole.
Inaugurado el 14 de Octubre de 1985, con el objetivo de generar un espacio para la
comercialización de la producción proveniente de productores misioneros y comerciantes del
sector frutihortícola, el predio situado en Miguel Lanús cuenta con un amplio espacio dónde se
ubican los puestos regenteados por “operadores” – empresarios y comerciantes -, y con
sectores destinados a la seguridad, la ordenanza, la administración, sanitarios y otras
dependencias. En todos estos espacios hay trabajadores que cumplen tareas específicas.
Estos trabajadores están divididos entre quienes dependen directamente del Estado
provincial, que en su mayoría se encuentran afiliados al sindicato Asociación Trabajadores del
Estado (ATE) y quien cumplen tareas relacionadas a la carga y descarga de mercadería en los
puestos de los operadores, es decir, los estibadores, que en casi la totalidad de los casos son
afiliados al gremio que nació en el seno de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA)
pero que desde hace unos años pasó a formar parte de la CGT.
Con este esquema, los productores entregan su mercadería a los operadores, quienes
comercializan los mismos en puestos abiertos a la venta mayorista y minorista. La mayoría de
las verdulerías de la ciudad de Posadas e incluso de Encarnación (Posadas), adquieren sus
productos en el Mercado. El horario en el que funciona el Mercado es de 3 a 10 AM.
Maleficios y “brujerías”
Todas las acusaciones esgrimidas por los operadores del Mercado Central, apuntan como responsable del conflicto al titular del Sindicato de Estibadores, Diego Armando “Bruja” Silveira. El dirigente sindical, trabajó como “changarín” en el Mercado desde la adolescencia y ejerce la actividad sindical – primero como delegado y ahora como Secretario General – desde la constitución misma del espacio gremial, cuando éste era conducido por Alejandro Fidela, un gremialista que rompió con la facción encabezada por “Bruja”, con fuertes denuncias, y que ahora gestiona la inscripción gremial de un nuevo sindicato.
El sindicato, radicó en los últimos varias denuncias contra los operadores, no sólo por cuestiones ligadas al pago de las tareas, sino de las condiciones laborales, llegando incluso a advertir la presencia de trabajo infantil en los puestos. Diego Silveira mantuvo, en su rol sindical, fuertes enfrentamientos con los empresarios del Mercado, llegando incluso, en noviembre de 2013, a ser detenido a instancias del juez César Yaya, junto a otros miembros del gremio, acusados de una supuesta “amenaza de muerte”, en
el marco de uno de los innumerables conflictos laborales entre estibadores y operadores.
Aquella vez, Silveira fue fotografiado al salir de la Comisaría X rumbo al Juzgado, esposado y
con el ojo en compota por los golpes recibidos en la sede policial.
Los desencuentros entre el sindicato y los empresarios, nunca cesaron. Y se fueron agravando,
a medida que “Bruja” estableció un puesto propio, que funciona en un lugar destinado por la
presidencia del Mercado a la actividad sindical.
Uno de los trabajadores del lugar, que solicitó el anonimato, planteó que “Bruja fue
acumulando mucho poder y es un personaje respetado por sus pares, temido por el Directorio
y estigmatizado por los operadores. Pero tiene una doble condición, la de representante
sindical y a la vez, la de comerciante. O sea, es también colega de los operadores que lo
denuncian. No es fácil de entender la situación. Acá en el Mercado siempre hubo mucha
violencia, muchos negocios, y hasta ahora nadie pudo normalizar la situación”.
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