En el marco del Día Mundial de la Diabetes, Portal Misiones dialogó con Fernanda Berón, mamá de Josefina, y Viviana Kipp, mamá de Toby, quienes compartieron sus historias, sus miedos iniciales y la forma en que, con el tiempo, aprendieron a convivir con la diabetes tipo 1 en la infancia. Ambas coincidieron en la importancia de visibilizar la enfermedad, acompañar a las familias y fortalecer la comunidad.
Viviana recordó que antes del diagnóstico de su hijo no conocía nada sobre la condición. “No sabía que existía ni siquiera la diabetes tipo 1”, relató. El impacto fue inmediato: “Cuando entré y lo vi a él, le hicieron dos vías para estabilizarlo. Fue una odisea”. El momento más duro llegó cuando preguntó si tenía cura. “El doctor me dijo: ‘No mamá, él tiene diabetes de por vida’. Ahí el mundo se me vino abajo”. Contó que la primera internación duró dos semanas, un período que resultó clave para aprender: “Yo agradezco esas dos semanas, salimos de ahí aprendiendo muchas cosas”.
Fernanda, entre lágrimas, describió el cambio emocional y familiar que atravesaron tras el diagnóstico de Josefina. “Nos cambió la vida. Más allá de ser una enfermedad crónica y para toda la vida, vino a unirnos como familia. Es un antes y un después”. Con ternura, contó que su hija, en medio de la jornada de concientización, expresó: “Hoy es mi día, díganme feliz día”.

Ambas mamás remarcaron la importancia de la educación y los hábitos saludables. Viviana recordó una enseñanza que le dio a su hijo: “No se queden con lo que dice el paquete adelante, hay que leer la información nutricional”. También remarcó la necesidad de hablarle tanto a las familias como a la sociedad en general: “El mensaje que hay que dar es que el mundo es mejor sin azúcar. No solo para quienes tienen diabetes, es para todo el mundo”. Fernanda agregó que Josefina, con apenas ocho años, ya reconoce sus síntomas: “Sabe cuándo tiene el azúcar alta, sabe usar el sensor, y se pone ansiosa si no lo tiene”.

Las dos coincidieron en que aún persisten mitos. “Es urgente visibilizar más. Es un mito que nunca podrás comer cosas dulces”, señaló Viviana. Para ellas, también es fundamental el acompañamiento entre familias: “Siempre es bueno dialogar con alguien más que también le pasa, compartir conocimientos, compartir el dolor”.
Finalmente, remarcaron un desafío estructural: en toda la provincia solo hay dos diabetólogas infantiles, ambas en Posadas, lo que obliga a muchas familias a viajar largas distancias para recibir atención especializada.
A pesar de las dificultades, ambas destacaron la importancia de aceptar el diagnóstico, informarse y buscar apoyo. En este Día Mundial de la Diabetes, sus testimonios reflejan la fuerza, la resiliencia y el amor con el que acompañan a sus hijos en este camino.
