En una extensa y maratónica sesión que se prolongó hasta la madrugada del jueves 7 de agosto, la Cámara de Diputados asestó al gobierno de Javier Milei una de sus peores derrotas legislativas desde el inicio de su gestión. Con una mayoría opositora articulada, se aprobaron doce proyectos clave y se rechazaron cinco Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) impulsados por el Ejecutivo.
Entre las medidas con mayor consenso se destacan la media sanción de la ley de financiamiento para universidades nacionales y la declaración de emergencia sanitaria pediátrica conocida como «Ley Garrahan». Ambos proyectos recibieron más de 150 votos afirmativos y evidencian el rechazo del Congreso a los recortes presupuestarios aplicados en educación y salud.
Además, se rechazaron en el recinto cinco DNU que proponían la disolución o modificación de organismos estatales vinculados a economía, cultura, transporte y salud. Esta decisión marca un fuerte límite institucional a la estrategia de gobierno por decreto que había adoptado Milei desde su asunción.
La oposición también logró emplazar a comisiones para tratar temas sensibles como el impuesto a los combustibles, los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y el caso de criptoestafa $LIBRA. Con estos movimientos, logró imponer su agenda legislativa y dejar en evidencia la fragilidad parlamentaria del oficialismo.
Si bien aún resta que el Senado ratifique el rechazo a los decretos para que pierdan efecto definitivo, lo sucedido en Diputados representa un punto de inflexión en la relación de fuerzas dentro del Congreso y un duro revés político para el Presidente.
