En medio del conflicto entre los gremios de trabajadores de la madera y los representantes empresariales, Jerónimo Lagier, vicepresidente de la Cooperativa de Productores de Yerba Mate de Santo Pipó y asesor de la Cámara Gremial de AMAYADAP, dialogó con Portal Misiones y describió un panorama complejo para la actividad foresto-industrial en Misiones.
Lagier señaló que la situación actual es “absolutamente delicada”, ya que el sector continúa con los precios del año pasado, enfrenta una demanda estancada y sufre un incremento constante en los costos de combustibles. Explicó que no se trata de un congelamiento salarial, sino de “un cuarto intermedio” mientras se espera la reforma laboral que podría facilitar ciertas condiciones para las empresas.
El conflicto se intensificó tras el fracaso de la última reunión paritaria entre la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) y la Unión de Sindicatos de la Industria Maderera de la República Argentina (USIMRA). Los gremios rechazan la propuesta de mantener los sueldos sin aumentos hasta fin de año, mientras los empresarios piden un tratamiento diferencial para la rama del Aserrado, una de las más afectadas.
Lagier advirtió que muchas empresas atraviesan un momento crítico, con cierres y despidos, aunque prefirió no dar cifras. Indicó que el horizonte inmediato es de dos meses, hasta el 31 de diciembre, tiempo en el que esperan poder alcanzar algún tipo de acuerdo. “Esto no es un capricho”, sostuvo, al referirse a la necesidad de encontrar una salida que no comprometa aún más la continuidad de las firmas del sector.
En cuanto al cruce de declaraciones, consideró “fuera de lugar” que algunos sindicatos del sur provincial responsabilicen al presidente de AMAYADAP por la falta de avances en la negociación, y pidió mantener el diálogo en un marco de respeto y colaboración mutua.
Lagier también destacó que la situación se da en un contexto de cambio profundo, tanto a nivel nacional como internacional. Afirmó que la economía necesita dinamismo y apoyo para adaptarse, y que el ecosistema de la madera debe ajustarse a las nuevas realidades laborales y productivas.
